Actividades Latido de Libertad

jueves, 23 de octubre de 2008

Manifestación por la Okupación:viernes 24-10; 19:00h

“…Diez, cien y mil Centros Sociales…” Si te gusta el dulce tintineo del despertador cada mañana… Si te enternece el calor humano del metro… Si te divierte tu trabajo cada día nuevo y estimulante… Si te alegran las noticias cotidianas de que el mundo va cada vez mejor… ¡No sigas leyendo! ¡Que no te engañen! Soñar no es gratis, pero puede merecer la pena, ¿me acompañas? ¿Qué pasaría si okupáramos estas líneas en blanco, y todas las líneas que quedan por escribir en esta ciudad triste? ¿Y si okupáramos con colores lo que el daltonismo nos quita día a día, minuto a minuto, calle a calle, y que callaran los ruidos y los silencios y okuparan las músicas, las risas, las razas, los roces, las piedras y las verdades el lugar que les corresponde, que es de todas y de todos? ¿Y si okupáramos con caricias lo que a golpes se vacía, con besos lo que con mentiras se llena, pero también con gritos donde ni las insulsas canciones de amor pueden escapar a su propia banalidad y donde el blanco de la camisa del anuncio es la mejor metáfora de la vida que llevamos, impoluta, aburrida, perfectamente monótona…? ¿Y si nos okupáramos de nuestras vidas descuidadas, de nuestras horas de sueño, de la alegría y del sexo con cariño? ¿Y si nos okupáramos del trabajo al que nos obliga el mundo, por nosotras mismas pero también por ti, porque el futuro está en juego? ¿y si mi futuro fuera también el tuyo? ¿Y si desalojáramos el trabajo inservible, estúpido, repetitivo, desquiciante, estresante, impuesto por el coche, las copas o la hipoteca? ¿Y si desalojáramos dolores y obligaciones impuestas, desalojáramos soledades y también los miedos a lo nuevo, a lo diferente, a mirarnos a la cara, porque soy parte de tí, y tú eres parte de mí? ¿Y si desalojáramos palacios y cuarteles, desalojáramos cárceles y centros comerciales, desalojáramos envidias, egoísmos e iglesias? Porque con cada nuevo centro social, brota una granada en el suelo estéril del cemento, un oasis de liberación, cuyos muros son sus propias cadenas, que han de terminar derribándose. Por eso, necesito, necesitas y necesitamos diez, cien y mil centros sociales. Ocupemos, preocupemos y recuperemos nuestra vida, aunque no vayamos a salir vivas de ella…

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